sábado, 4 de octubre de 2008

FE



Anoche me quedé en casa.
Me hizo ilusión pasar la típica noche tranquila, tapadita con una manta en el sofá, viendo ‘donde estas corazón’, un poco de basura inofensiva nunca viene mal, comiendo chocolatinas, chateando con algún chico, y poniéndome alguna mascarilla para el cutis.
Peor el tema del corazón está flojo y es demasiado evidente lo preparado que está todo, y estuve viendo un trozo de cada canal.
Y vi a ratos un reportaje sobre drogas, otro sobre clubs de sexo liberal y otro sobre prostitución infantil en Cuba. Todo eso, unido al chorro de noticias diarias sobre crisis…
Y fue una sobredosis de mal rollo que ha hecho que cambie de actitud. Lejos de endurecerme o volverme inmune a ese tipo de ambiente, lo que ha nacido en mi ha sido todo lo contrario.
Me han entrado ganas de enamorarme, enamorarme de verdad, de una manera limpia, elegante, suave, lejos de perder la fe en todo, tengo más fe que nunca en que hay muchísima gente íntegra. Mucha gente que en situaciones extremas arriesgan su vida por salvar un desconocido, mucha gente como aquel vendedor de clínex de semáforo que encuentra una cartera con 3.000 euros y la devuelve, la gente se sigue riendo con sus amigos aunque todo vaya mal, y se ayudan unos a otros. El negro del eroski que vende la farola siempre me planta una sonrisa!
Aunque los medios hayan puesto mucho empeño a lo largo de mi vida, todavía no han logrado que pierda la fe. El mundo a veces es bonito, y para verlo, hay que apagar la tele.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sepas que tus palabras me han pegado el buen rollo a mí. Gracias.

Lucía Solís dijo...

Hola gatita,
Yo tampoco la pierdo. Esta semana he intentado llenar de buen rollo mi vida (hasta el blog) para no perder la fe. Por el momento lo he conseguido pero es difícil.
Gracias por verbalizar algo que inconscientemente tengo claro pero que el consciente oculta.
Muak